La directora general de Medio Ambiente de la Consejería de Agricultura y Agua, Encarna Molina, presentó hoy a los agentes sociales un protocolo de actuaciones para alcanzar un nuevo modelo de gestión del arrui en la Región, que mejore la situación actual y solucione la problemática planteada por el crecimiento excesivo de la población de esta especie exótica.
El protocolo establece medidas urgentes y a corto plazo (cuatro meses), tales como reducir las densidades poblacionales de arrui en el Parque Regional y en el entorno de Sierra Espuña a cifras compatibles con la normativa vigente (300 ejemplares) y fijar las poblaciones restantes en el interior del Parque, evitando la dispersión de los animales.
Las medidas a medio plazo (5-12 meses) contemplan la reducción de las poblaciones de arrui en el resto del área de distribución de la especie, así como la elaboración de un plan regional de gestión que defina una zona de confinamiento de la especie, así como los efectivos a mantener en esa zona y el modelo de gestión en el resto del territorio. Finalmente, contempla la prevención de futuros daños mediante el mantenimiento y reparación de vallados en las zonas más problemáticas.
Las medidas a largo plazo (12-24 meses) plantean definir un nuevo modelo de gestión del arrui en el Parque Regional de Sierra Espuña, así como la regulación intensa de la caza de esta especie en la Región a través de los planes de ordenación cinegética en los cotos del área de confinamiento que se establezca, y su eliminación en el resto de la Región.
Especie exótica
La introducción del arrui ('Ammotragus lervia') en Murcia tuvo lugar en la Reserva Nacional de Caza de Sierra Espuña, en 1973, por iniciativa del ICONA. Con el paso del tiempo, la especie amplió su población y su área de distribución a zonas más o menos alejadas de su núcleo inicial. Actualmente ocupa entre 60.000 y 70.000 hectáreas, distribuidas por el centro y oeste de la Región y se ha venido cazando en los últimos 13 años en unos 130 cotos.
El crecimiento de la población de arrui ha consolidado la demanda cinegética desde el colectivo de cazadores, pero también ha ocasionado problemas en el entorno, con afecciones sobre la flora protegida y daños continuados sobre cultivos agrícolas de la periferia de Sierra Espuña y del resto del área de distribución. Desde hace unos meses, dada la situación de sequía acumulada, se viene detectando un incremento en las demandas de agricultores y propietarios de dicho entorno por los daños ocasionados.
Por todo ello, la Dirección General de Medio Ambiente se ha planteado la búsqueda de un modelo capaz de dar respuesta a la realidad ecológica y socioeconómica de los territorios en los que se encuentra dicha especie.